Cuidando de la autoestima de nuestros hijos.

Me imagino que todos habréis oído hablar de la famosa “AUTOESTIMA”, es decir, la valoración que cada uno tenemos sobre nosotros mismos. A pesar de ser personas inteligentes o con talento, la propia autoestima puede suponer un obstáculo importante para nuestro éxito y como consecuencia para el de nuestros hijos. Por ello se debe considerar la autoestima como un ingrediente fundamental en nuestro desarrollo, para poder llegar a tener una vida exitosa tanto en nuestras relaciones, como en el área laboral e incluso personal.

La autoestima comienza a forjarse en los primeros años de vida, por tanto, es de vital importancia que durante la infancia de nuestros hijos les ayudemos a desarrollar una autoestima sana. A continuación, os dejamos algunos consejos que pueden servir para un buen desarrollo de la autoestima de los hijos:

  • Es importante transmitir a los niños amor y afecto en cada una de nuestras acciones, a través del amor el niño se siente lo suficientemente digno e importante para ser amado.
  • Todos aquellos momentos en los que los niños se encuentran haciendo las cosas bien, es importante felicitarlos y elogiarlos, además de hacerles sentir orgullosos de sus actos, también es una forma de reforzar la acción.
  • Los elogios por su parte también pueden ser un arma de doble filo, hay que tener cuidado con no elogiar de forma exagerada a nuestros hijos o de forma excesiva ya que podemos desarrollar un ego exagerado que puede afectar de forma negativa a la autoestima y posteriormente a las relaciones interpersonales.
  • Es muy positivo en los niños fijar metas con ellos, pero ATENCIÓN, las metas deben ser siempre alcanzables para ellos, de manera que, siempre que se proponga una meta debe ir ajustada a su edad y desarrollo evolutivo. A medida que se va alcanzando la meta propuesta es bueno ir felicitándoles y acompañándole en el proceso sin cometer el error de ser nosotros quienes hagamos sus funciones.
  • De la misma manera que debemos fijar metas, también es importante poner límites acordes a su edad. Los límites deben ser claros, concisos y deben cumplirse.
  • Comparar, es un error muy común y que nunca debemos cometer, sin darnos cuenta en muchas ocasiones comparamos a nuestros hijos entre ellos o con amigos. Cuando realizamos este tipo de comparaciones lo que les enseñamos es a formar su autoestima en función de terceras personas. Por tanto, es algo que debemos evitar en la medida de lo posible, cada persona es como es, tiene su ritmo de aprendizaje y su forma de ver las cosas y es partiendo de esa base desde la que debemos enseñar y formar a nuestros hijos.
  • ¡¡Cómo no!! las emociones son también un aspecto a tener muy en cuenta. Cuántas veces nos han dicho, “No te preocupes, ya pasará…”, “Venga no pasa nada deja de llorar…”, como si el sentimiento fuera a desaparecer por arte de magia. Las emociones existen y para poder controlarlas y gestionarlas debemos primero aceptarlas y entender para que están y para qué sirven.

Por ello es importante validar las emociones de nuestros hijos y no quitarles importancia, no hace falta tampoco dramatizar la situación, con recoger el sentimiento y devolvérselo vale, un simple… “entiendo que eso no te haga sentir bien” es suficiente para que aprenda a tolerar las emociones. En ocasiones lo que pretendemos es que supere la emoción rápido para que deje de pasarlo mal, pero es más importante que aprenda a tolerar sus emociones que a superarlas rápidamente.

  • Una buena comunicación entre padres e hijos también es necesaria. Un espacio para que los hijos puedan hablar con sus padres, una comunicación dónde se validen las emociones y haya un reconocimiento de aciertos y errores (suele funcionar mejor aplaudir el acierto que criticar el error), jugar con ellos, dedicarles algunos momentos del día, hablarles en positivo…

Hasta ahora hemos hablado de cómo ayudar a nuestros hijos a desarrollar un buen autoestima, pero lo que no hemos mencionado es que una de las principales formas de aprendizaje de los niños es a través del modelado, es decir, de copiar a los adultos, por tanto es muy importante que nosotros como padres y adultos seamos un modelo positivo y cercano, aceptarnos a nosotros mismos tal como somos, teniendo claro cuáles son nuestras fortalezas y nuestras debilidades así como nuestras capacidades y limitaciones.

Esta frase de “El Principito” me gusta mucho, “He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos.”

Ana Martínez

Psicóloga colegiada M-32684

Responsable de Programas y Talleres de Equidae

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