¿Por qué estimular?

Seguramente haya escuchado a padres hablar alguna vez sobre la estimulación temprana, o incluso acerca de niños que acuden a centros para ello. Actualmente es un tema que llama la atención a muchos de estos padres con hijos que se encuentran entre los 0 y los 6 años.

A lo largo de los años la educación se ha centrado mayoritariamente en las etapas posteriores del crecimiento, dejando algo más de lado la primera etapa de la infancia. Se dice que las experiencias que vivimos cuando somos pequeños nos marcan para el resto de nuestra vida, entonces ¿cómo no va a ser importante la primera infancia?

Los primeros años de vida son vitales para un adecuado desarrollo tanto biológico, como psicológico o social. Por ello a través de la estimulación temprana se pretende conseguir un buen desarrollo de las diferentes áreas. Lo que se busca es favorecer una buena autonomía y autoestima del niño, además de una mayor motivación para continuar con el aprendizaje, fomenta su creatividad, en centros especializados además se trabajan otras áreas como las habilidades sociales y el reconocimiento y comunicación de las emociones.

Desde los 0 a los 3 años los cerebros de los niños tienen una plasticidad enorme, lo que permite que los niños desarrollen las conexiones neuronales y de la misma manera sus habilidades. Pero ¡CUIDADO!, a veces a las personas nos encanta irnos de un extremo a otro, pasamos de no estimular nada a estar constantemente estimulando, una sobre-estimulación no es nada beneficiosa para el niño.

¿Qué pasa cuando se sobre-estimula? El exceso de estímulos en los niños provoca el desarrollo de una baja tolerancia, esto quiere decir, que llega un momento en que el estímulo ya no produce satisfacción y entonces hay que buscar más, lo que desarrolla niños hiperactivos, que se aburren con facilidad y con problemas a la hora de tener que atender o concentrarse incluso puede llegar a producir desmotivación a la hora de aprender.

Incluso es bueno que en ocasiones hasta se aburran, aunque parezca mentira, los momentos en los que los niños se encuentran sin saber que hacer hacen que busquen sus propias motivaciones, desarrolla la creatividad, teniendo que usar su cuerpo y mente para divertirse.

Podemos estimular desde que nacen, y ¿Cómo podríamos estimular a un recién nacido?. Durante los primeros meses de vida el recién nacido reacciona principalmente a estímulos que recibe a través del oído, las vista y el tacto, y a la interacción que mantiene con sus padres. La unión de ambos factores (un ambiente rico en estímulos y un clima de afecto) ayudan al crecimiento y desarrollo de sus capacidades y habilidades.

Estimulación táctil: Es bueno realizarla cuando se está en contacto directo con el cuerpo (cuando se le coge en brazos, con los besos, caricias, masajes, etc.)

  • Hay que aprovechar el momento del baño para estimular todo su cuerpo, déjale que chapotee y que note el contacto con el agua, se le pueden dejar algunos juguetes para que los coja y los lance al agua de nuevo.
  • Una vez fuera del baño, después de sacarle se le puede dar un masaje empezando por los pies hasta las nalgas, después se le acarician las manos y los brazos y acabamos con la espalda y la tripa, nombrando a su vez las partes del cuerpo que se están tocando con una voz suave o cantando.
  • Para proporcionar al niño diferentes sensaciones se le pueden poner mantas con diferentes tactos (suave, un poco áspera, rugosa, lisa, fría y caliente…).
  • Por último, se le pueden ofrecer también objetos distintos acordes con su edad para que los manipule, apriete, mire…

Estimulación visual:

La vista se puede estimular proporcionando diferentes estímulos que se perciban a través de los ojos, como, por ejemplo, luces que hagan sombras, móviles de colores vivos, objetos que se muevan en diferentes direcciones, si además van acompañados de música mejor.

Dejar que interactúe con nuestra cara, que la toque, que la mire, e interactuar con él a través de juegos con canciones y movimientos. Dejar que coja nuestros collares, los analice y juegue. Con este tipo de estimulación también trabajamos su atención.

Estimulación auditiva:

Desde el embarazo al bebé se le puede estimular con sonidos, al nacer los sonidos que más le tranquilizan son los de las voces de los padres que son los que encuentra más familiares. Realizar actividades con música o hablándoles, estimulará su desarrollo auditivo. Es bueno también ofrecerle juguetes sonoros para que se dirija hacia ellos e intente cogerlos para después ser él mismo quien los haga sonar.

A medida que empiezan a interactuar con nosotros, entones podemos comenzar a estimular otras áreas, siempre teniendo en cuenta la edad en la que se encuentran, en función de la misma se deben elegir unas actividades u otras.

“No prepares el camino para él bebé, prepara al bebé para el camino”.

Espero que os haya gustado, en el próximo post, hablaremos sobre actividades que se recomiendan realizar con niños de hasta 6 años y las diferentes áreas a estimular.

Ana Martínez

Psicóloga colegiada M-32684

Responsable de Programas y Talleres de Equidae

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