¿CÓMO PODEMOS TRATARLA?

Bastante a menudo se hace complicado el acceso a un tratamiento porque a día de hoy no está tipificado como síndrome o trastorno, sin embargo, está muy presente asociado a salud mental, entonces, se suele tratar el trastorno y la procrastinación desaparece (Ej.: En trastornos adaptativos).

Díaz Morales apunta como mejores fórmulas de tratamiento la terapia cognitivo conductual y las estrategias de gestión de tiempo. Sería recomendable, además, trabajar el autocontrol y la regulación emocional, sin ellos será difícil salir del círculo vicioso de:

“Me angustia hacer – NO HAGO – me siento culpable (y ansioso)”

Si la opción de trabajarlo con un psicólogo en consulta no la veis por cualquier razón, aquí os dejo algunas recomendaciones para afrontarla por nosotros mismos:

  1. Lo primero sería no hacer el avestruz, es decir, no negar que lo hacemos, ser honestos con nosotros mismos y reconocerlo e identificar a qué áreas de nuestra vida nos afecta.
  2. En segundo lugar deberíamos tratar de identificar para qué nos sirve, ¿por qué lo hacemos? ¿Qué nos da miedo? ¿Qué herramientas nos pueden faltar que nos llevan a posponer constantemente?
  3. Tratar de entender el asunto como un problema, no tacharnos (ni permitir que nos tachen) simplemente de vagos o irresponsables (se puede ver mucho en familias con los hijos período de formación). Si nos colocamos/colocan esa etiqueta puede verse afectada nuestra autoestima y nuestro autoconcepto pensando que es nuestra personalidad y no un problema (remediable) el que nos aleja del éxito = sensación de indefensión = dificulta el cambio.
  4. DOS CLAVES: no pararse y que no se acumulen las tareas, sino las veremos como muros infranqueables y nos entrarán más ganas de posponer. Una buena idea es dividir las tareas complejas en otras más sencillas y por ejemplo, a lo largo de la semana ir mezclando tareas más apetecibles, o que nos causen menos problemas, con alguna de éstas que nos generan más conflicto. Así se nos hará menos arduo pero además nos sentiremos súper satisfechos cuando hayamos afrontado alguna tarea indeseada.
  5. ¡IMPORTANTE! Y si tienes dificultades… pide ayuda.

Espero que os haya resultado útil e interesante y ya sabéis, si tenéis alguna duda o me queréis preguntar algo al respecto podéis hacerlo a mi correo: apreysler@equidae.es

Ana S. Preysler

Psicóloga colegiada M-23895

Especialista en clínica Infanto-Juvenil

Sigue leyendo en esta categoría...