Muchos opinan que no, y yo, sin ir más lejos, si me quito la bata de psicóloga y os hablo como una persona de a pie más, defiendo que es un dolor desgarrador y profundo, que desestabiliza y nos hace sentir que no habrá vida más allá de esa persona a pesar de que la lógica (y los buenos amigos/as), en muchas ocasiones, nos traten de hacer ver desesperadamente que no era en realidad la persona, no porque no fuera bueno o buena, sino porque estábamos en estratos distintos, diferentes maneras de ver la vida, diferentes valores o diferentes propósitos.
Las rupturas no siempre vienen por desamor o traición, muchas otras veces las relaciones tienen que terminar aún habiendo mucho amor y ganas de continuar pero porque los caminos se bifurcan y hay que seguir avanzando aunque entren ganas de decir como Mafalda: “que se pare el mundo que yo me bajo”.
Pero las emociones intensas de los primeras etapas del duelo por la ruptura no nos dejan ver toda esa información pero la buena noticia es que poco a poco la bruma se va disipando aunque ahora no lo creas posible y en no mucho tiempo descubrirás por qué has de agradecer a algo o a alguien que esa historia terminase para dejar paso a algo que realmente te haga sentir pleno o plena.
Muchas veces nos conformarnos por no afrontar la tristeza y la ansiedad que genera la pérdida o nos vemos atrapados por convencionalismos, los famosos “tengo que”: casarme, tener hijos, etc. y acabamos viviendo relaciones que en realidad no nos satisfacen o dónde no somos vistos y valorados, cuidados y atendidos como nos merecemos.
Cuando la tormenta emocional pasa y vemos las cosas con claridad, es maravilloso el alivio que proporciona saber que ha merecido la pena dejarse atravesar por el dolor como un peaje hacia un nuevo capítulo con mucho más sentido.
Pero la ciencia también tiene una respuesta:
Las rupturas sentimentales son dolorosas porque afectan profundamente nuestras emociones, nuestra identidad y nuestra conexión con los demás. Aquí hay algunas razones clave:
1. Pérdida emocional y vínculo:
- Las relaciones románticas suelen implicar un fuerte vínculo emocional. Cuando esta conexión se rompe, el cerebro lo interpreta como una pérdida significativa, similar al duelo por la muerte de un ser querido.
- La oxitocina y la dopamina, neurotransmisores asociados con el apego y el placer, disminuyen tras una ruptura, generando una sensación de vacío.
2. Impacto en la identidad:
- En una relación, muchas veces fusionamos parte de nuestra identidad con la de nuestra pareja: nuestros planes, rutinas y expectativas están entrelazados. La ruptura puede dejar una sensación de confusión y pérdida de propósito.
- Cuestionamos quiénes somos fuera de esa relación, lo que puede ser desorientador.
3. Rechazo y autoestima:
- El rechazo puede desencadenar sentimientos de insuficiencia o inseguridad, incluso si no fue una decisión personal. Esto afecta la autoestima y genera pensamientos de autocrítica.
- La sensación de «no ser suficiente» o «fallar» en una relación puede ser devastadora emocionalmente.
4. Adicción emocional:
Estudios han demostrado que el amor activa áreas del cerebro similares a las que se activan con las adicciones. Una ruptura es como el síndrome de abstinencia: nuestro cuerpo y mente buscan esa conexión perdida, lo que provoca ansiedad, tristeza y obsesión.
5. Ruptura de expectativas y sueños:
Las relaciones suelen ir acompañadas de sueños y planes a futuro. Cuando se terminan, también se pierden estas expectativas, lo que genera una sensación de frustración, miedo al futuro y vacío.
6. Aislamiento social:
Una ruptura puede provocar un cambio en las dinámicas sociales, especialmente si compartían amigos, familia o actividades. Esto puede aumentar la sensación de soledad.
7. Evolución biológica:
Desde una perspectiva evolutiva, los vínculos románticos están diseñados para garantizar la supervivencia de la especie. Perder esa conexión activa en el cerebro las alarmas que indican un posible peligro.
¿Cómo afrontar el dolor de una ruptura sentimental?
Afrontar el dolor de una pérdida sentimental es un proceso que requiere tiempo, paciencia y autocompasión e inevitablemente transitar por él, no hay manera de rodearlo.
Sin embargo, aquí te dejo algunas estrategias prácticas para sobrellevarlo un poquito mejor:
1. Permítete sentir
- Valida tus emociones: Es normal sentir tristeza, rabia, confusión o incluso alivio. No te culpes por lo que sientes; las emociones son parte del proceso.
- Llora si lo necesitas: Llorar ayuda a liberar tensiones emocionales acumuladas.
2. Acepta la realidad
- Reconoce que la relación ha terminado. Esto no significa que no puedas recordar lo bueno, pero es importante enfocarte en el presente.
- Evita alimentar esperanzas poco realistas de reconciliación, especialmente si no es una opción saludable.
3. Corta o limita el contacto
- Cierre emocional: Aunque sea difícil, dar espacio físico y emocional puede ayudar a reducir la intensidad del dolor.
- Evita redes sociales: No revisar perfiles ni buscar noticias sobre tu ex puede ayudarte a no abrir heridas constantemente.
4. Busca apoyo emocional:
- Habla con amigos o familiares de confianza. Compartir lo que sientes te hará sentir menos solo.
- Si sientes que el dolor es abrumador, considera buscar la ayuda de un terapeuta para explorar tus emociones de manera más profunda.
5. Establece una rutina:
- Una estructura diaria te ayudará a evitar la sensación de caos y te mantendrá enfocado en tareas importantes.
- Incluye actividades que disfrutes o nuevas experiencias para llenar el vacío emocional.
6. Cuida de ti mismo
- Ejercicio físico: El ejercicio libera endorfinas que pueden mejorar tu estado de ánimo.
- Buena alimentación: Comer bien puede ayudarte a mantener niveles estables de energía y bienestar.
- Sueño adecuado: Descansar es esencial para tu recuperación emocional.
7. Expresa tus emociones
- Escribe en un diario cómo te sientes; a veces, poner en palabras el dolor puede ser liberador.
- Canaliza tus emociones a través del arte, la música o actividades creativas.
8. Enfócate en ti
- Recupera pasatiempos que habías descuidado o explora nuevas actividades.
- Invierte tiempo en tu desarrollo personal, ya sea aprendiendo algo nuevo, viajando o practicando la introspección.
9. Redefine tu identidad
- Reflexiona sobre quién eres fuera de la relación. ¿Qué cosas te apasionan? ¿Qué valores son importantes para ti?
- Piensa en lo que aprendiste de la relación y cómo puedes usar esa experiencia para crecer.
10. Dale tiempo al tiempo
- No te apresures: Cada persona tiene su propio ritmo para sanar. No te compares con otros.
- Recuerda que esto pasará: Aunque ahora el dolor sea intenso, las emociones se calmarán con el tiempo y volverás a sentir alegría y tranquilidad.
Si bien es un proceso doloroso, una ruptura también puede ser una oportunidad para conocerte mejor, fortalecerte y abrir espacio para nuevas experiencias en el futuro.
Y recuerda, esta tormenta también pasará.
Te mando un abrazo enorme,
Ana.