No siempre los pacientes saben, ni tienen por qué saber, la diferencia entre técnica y método y esta diferenciación me parece imprescindible:

• Método: Del griego Meta (Hacia o a lo largo). Por lo tanto, método podría definirse como el camino más adecuado para lograr un fin.

• Técnica: Del griego Tekhne, relativo al que hace, podría definirse como la destreza o habilidad para desempeñar un oficio.

Esta diferenciación entre método y técnica es importante, ya que actualmente vivimos en un mundo en el que, cada vez se le da menos importancia al método y éste es vital ya que detrás del método hay una FORMA DE VER EL MUNDO, una cosmovisión de la vida, en nuestro caso de la psique y de cómo ha de ser abordado el trabajo terapéutico.  Así la importancia del método reside en que es transmisor de unos determinados valores éticos. En la actualidad las técnicas están de moda, tan de moda que uno puede volverse completamente loco si lee cualquier revista de herbolario, en mi opinión puede caerse en el peligro (y se cae) de llamémoslo falsos métodos o conjuntos o sumas de técnicas. Y ojo un método es más que una suma de técnicas. Las técnicas son las herramientas de trabajo y aquí entramos en el ámbito nuevamente de la ética profesional. LA TÉCNICA TIENE UN VALOR, PERO SIN UN MÉTODO DETRÁS QUE LA AVALE PUEDE LLEGAR INCLUSO A SER CONTRAPRODUCENTE Y ESTO HAY QUE DECIRLO. También aun no siendo contraproducente una técnica desprovista de un método es menos eficaz lo cual vuelve a ser, poco ético.

En este punto es donde me parece fundamental hablar de Hara como centro vital del hombre, como el nexo entre lo físico y lo metafísico, tal y como refleja Karlfried Graf Dürckheim en su famoso libro y es que creo que, actualmente está pasando algo parecido a lo que mencionaba entre la diferencia entre técnica y método con la diferenciación entre Mindfulness y Hara. En Equidae se trabaja siguiendo un método que tiene un objetivo claro que es la solución a la problemática que presenta el paciente, el trabajo y la disolución de lo que en términos junguianos se conoce como la sombra de la memoria heredada que se expresa a través de patrones como parte central del proceso de individuación y las técnicas serán diferentes según en qué momento de la terapia en que se esté, pero siempre dentro del marco terapéutico, ya que no se puede trabajar cualquier técnica en cualquier momento y con cualquier persona porque puede ir en perjuicio del propio paciente e incumpliríamos principios éticos, en concreto, primum non nocere (lo primero no dañar al paciente). 

Por tanto, no debemos caer en la aplicación asincrónica ni asistemática de las diferentes técnicas, ya que los tiempos y la sistematicidad en psicoterapia tienen una razón de ser. No digo que no deba existir una cierta flexibilidad, pero descontextualizar las técnicas del marco psicoterapéutico puede ser peligroso y contraproducente además de una falta de respeto ya que nos acercaríamos al “fast food de las técnicas” perdiendo la dirección que marca el método.

En este sentido, Hara es cierto que representa una técnica capital en el proceso terapéutico ya que nos va a permitir desidentificarnos e identificar aquellos patrones o fractales que sean necesarios disolver, dicho coloquialmente nos permite ver el mapa.

Por último, también me parece interesante señalar que no vamos a negar el tirón y la habilidad de expansión del mundo anglosajón y, por ello, entiendo que debemos aprovechar esta expansión, pero no dejando de repetir que un método da cobertura y llena de sentido a las técnicas lo cual redunda en beneficio del paciente y que Hara como técnica va más allá del mindfulness.

Jorge Sánchez Cabezalí

Psicólogo Colegiado 

M-32006